En la UE, la normativa medioambiental incluye la ganadería dentro de su regulación, especialmente las explotaciones intensivas de algunas especies ganaderas. Asimismo, en distintos Convenios Internacionales, como los Protocolo de Kyoto y de Gotemburgo, se incluye al sector ganadero en general como una actividad potencialmente contaminante y por tanto que debe estar sujeta a regulación. Estas normativas representan para el sector ganadero el cumplimiento de una serie compromisos, como la reducción de los vertidos contaminantes de la producción animal en un 20%.
